El presidente Javier Milei no alteró su agenda internacional pese al escándalo por las presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Este jueves prevé asistir en Los Ángeles a una conferencia global organizada por Michael Milken, un personaje que encarna tanto la audacia como la controversia en la historia financiera de Estados Unidos.
El auge de los “bonos basura”
Nacido en Encino, California, el 4 de julio de 1946, hijo de un contador, Milken se formó en la Universidad de California en Berkeley y luego en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania. Allí comenzó a interesarse por los bonos corporativos de baja calificación crediticia, que más tarde se popularizarían como “bonos basura”.
En 1969 ingresó a Drexel Burnham Lambert, donde en pocos años creó el departamento de bonos de alto rendimiento. Su idea fue revolucionaria: prestar capital a empresas con dificultades de financiamiento, ofreciendo a los inversores retornos elevados a cambio de mayores riesgos. Bajo su conducción, Drexel llegó a dominar el 70% del mercado de estos títulos en los años ’80.
La innovación lo transformó en el ejecutivo mejor pago de Wall Street. Solo en 1987 su compensación superó los 550 millones de dólares y, en apenas cuatro años, acumuló más de mil millones. Su figura inspiró al personaje de Gordon Gekko en la película Wall Street de Oliver Stone, símbolo de la voracidad financiera de aquella época.
Del poder absoluto a la caída
El “junk bond king” también financió adquisiciones hostiles y apalancamientos que marcaron la década. Según la periodista Connie Bruck, “en el otoño de 1986, Milken había logrado que no solo Drexel sino buena parte de Wall Street se moldeara a su imagen”.
Pero el crecimiento veloz se acompañó de prácticas irregulares. En 1986, el operador Ivan Boesky, condenado por uso de información privilegiada, lo vinculó directamente con operaciones ilegales. En 1988 la SEC y la fiscalía de Nueva York lo acusaron de fraude de valores, manipulación de mercado y declaraciones falsas.
En 1990 Milken se declaró culpable de seis delitos graves, entre ellos violaciones a las leyes de valores y presentación de informes falsos a la SEC. Fue condenado a 10 años de prisión y a pagar 600 millones de dólares en multas. La pena se redujo a 2 años tras su cooperación con la Justicia, y cumplió condena entre 1991 y 1993. Ese mismo año, Drexel Burnham Lambert quebró.
Un nombre incómodo
Tras su liberación, Milken intentó rehabilitar su imagen mediante el mecenazgo. Creó la Milken Family Foundation, centrada en educación y salud, y financió investigaciones médicas, en particular sobre cáncer de próstata, enfermedad que lo afectó personalmente. Su rol en filantropía le valió el reconocimiento de personalidades globales, aunque la marca de su pasado judicial nunca desapareció.
En 2020, el entonces presidente Donald Trump le otorgó un perdón presidencial, en un paquete de indultos a figuras de alto perfil acusadas de delitos de “cuello blanco”. Ese gesto lo devolvió al centro de la escena pública, aunque como personaje permanentemente discutido.
El presente
Hoy, Michael Milken continúa al frente de su fundación, organiza conferencias que reúnen a líderes políticos, financieros y culturales en Los Ángeles y mantiene una fortuna multimillonaria. Milei, que lo definió en más de una ocasión como un “defensor de las ideas de la libertad”, tendrá con él un encuentro que ocurre en medio de la mayor crisis política de su gestión por la causa de corrupción en la ANDIS.
Su anfitrión, que alguna vez fue símbolo de la ambición sin límites de Wall Street, sigue siendo para muchos un referente de la creatividad financiera, pero para otros un recordatorio del costo que pueden tener los excesos del mercado.