Un juez federal de Estados Unidos decidió que Google no tendrá que vender su navegador Chrome ni su sistema operativo Android para resolver las acusaciones de monopolio en el mercado de búsquedas en línea, aunque la compañía sí deberá compartir datos clave con competidores y aceptar restricciones legales.
La medida representa una victoria importante para Google, que evita la solución más extrema en un caso que la había declarado monopolio ilegal en su negocio de publicidad y búsqueda digital.
En detalle, qué dice el fallo contra Google
El fallo, emitido por el juez Amit P. Mehta, establece que Google deberá proporcionar información de búsqueda y datos de interacción de usuarios a “competidores calificados” y queda prohibido que firme contratos exclusivos relacionados con Google Search, Chrome, Google Assistant y la app Gemini. Además, la empresa tendrá que ofrecer servicios de sindicación de anuncios de texto y publicar cambios en las subastas publicitarias, aumentando la transparencia en los precios de publicidad digital.
La decisión llega tras fallos previos que determinaron que Google cobraba precios “supracompetitivos” en anuncios de búsqueda y utilizaba acuerdos exclusivos que limitaban la competencia. El Departamento de Justicia había solicitado la venta de Chrome, mientras que Google argumentó que esto perjudicaría a los usuarios y al navegador mismo. Incluso, la firma de inteligencia artificial Perplexity presentó una oferta de compra por 34.500 millones de dólares, buscando cumplir con un posible remedio antimonopolio.
Aunque Google mantendrá Chrome y Android, el juez busca fomentar la competencia tecnológica al exigir que los datos y servicios de búsqueda estén disponibles para otros actores del mercado. La prohibición de contratos exclusivos pretende evitar ventajas injustas basadas en la preferencia de los usuarios y los hábitos de consumo, que consolidaron el dominio de Google: en 2020, el 95% de las búsquedas móviles en Estados Unidos se realizaban a través de su motor de búsqueda.
A pesar de las restricciones, muchos fabricantes seguirán incluyendo los servicios de Google debido a su popularidad. La empresa deberá competir más activamente para mantener su cuota de mercado frente a rivales como OpenAI y Perplexity. La medida también protege acuerdos lucrativos, como el que mantiene con Apple para que Google sea el motor de búsqueda predeterminado en iPhone, asegurando ingresos millonarios para ambas compañías.
Expertos señalan que la decisión fortalece la posición de Google y Apple, pero obliga a la tecnológica a centrarse en ofrecer mejores soluciones de inteligencia artificial y tecnología de búsqueda.